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martes, 4 de octubre de 2011

¿Eres víctima de ‘bullying’ laboral?

Los ‘amigos tóxicos’ en la oficina son aquellos que no dejan opinar y que descalifican tu trabajo; para superar ese obstáculo y sigas desarrollándote profesionalmente, considera estas opciones.


Sólo con decisión puedes solucionar los problemas con el compañero hostigador. (Foto: Photos to go)
CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión.com) — Pasar más de ocho horas en una oficina implica, casi, vivir 'en familia', con amistades y enemistades en el mismo espacio. La convivencia puede complicarse cuando se tiene por compañero a alguien que te hace sentir incómodo, innecesario y un mal elemento.  "La gente difícil existe en todos los trabajos, pero la situación es más compleja cuando el colaborador detecta que el ataque a su persona o su prestigio profesional es directo, y no se da de la misma forma hacia otros integrantes del equipo. Eso desmotiva, exacerba el mal ambiente laboral y puede terminar en renuncia", dice la especialista en comunicación organizacional, Erika Escamilla.
El  'bullying' se atribuye generalmente a las escuelas, agrega. Pero en cuestión de trabajo también se puede ser víctima de este concepto, que "refiere un maltrato lo suficientemente severo como para dañar la salud de un empleado y poner en riesgo su carrera", según define el Workplace Bullying Institute, una organización con sede en Washington, Estados Unidos, creada para ayudar a los empleados que sufren de esa situación. 
De acuerdo con cifras de la Universidad Autónoma del Estado de México, dos de cada 10 mujeres refieren ser víctimas de esta situación, que se caracteriza por un hostigamiento continuo de tipo sociológico con el propósito de intimidar a la persona.
"Cuando uno escucha a un profesionista decir: ‘esta persona acaba con mi energía', no es algo figurado", expresa Escamilla. Los ‘bullies', por sus inseguridades, tienden a intimidar y humillar a otros con la idea de ganar o mantener poder. Es una forma de dejar claro la idea: "por más que te esfuerces no podrás hacer tan bien las cosas como yo". A veces, el hostigador ‘adorna' las palabras para que su insulto parezca más un consejo que un regaño.
Las consecuencias de convivir con un compañero 'pesadilla' van desde desánimo para trabajar, ansiedad y agresiones verbales, hasta obsesionarse con el desempeño para 'demostrar' la calidad profesional que se tiene. "Algunas personas llegan a pensar que ese maltrato es merecido, al no estar a la altura de sus demás compañeros", menciona la especialista.
Lo importante, subraya, es entender que la propia persona agredida es quien debe solucionar la situación, de lo contrario el agresor se empodera y siempre verá la forma de perjudicar a ese colaborador que, por alguna razón, le representa ‘peligro'.
Cambiar a un compañero "quita energía", no es una actividad que se puede hacer de un día para otro. Sin embargo, sí es posible tener un plan de acción para tratar con esa persona problemática y que tu desempeño no se afecte. Aquí,  tres reglas de oro para ello:
 1. Pon la etiqueta. Lo primero es reconocer qué tipo de compañero 'tóxico' se tiene. Este comportamiento se ‘disfraza' de diversas formas, por ejemplo: hay quienes hablan mucho y no permiten que otros opinen; están aquellos que gustan de tener "la razón a toda costa". Otros más se encargan de descalificar el trabajo de la persona 'por su bien'. "Suelen decir 'yo que soy tu amiga (o) te enseño a hacer mejor las cosas'", puntualiza Erika Escamilla.
El compañero que se siente atacado, sin embargo, llega a justificar o creer los comentarios de la otra persona, porque el ‘bullie' puede tener "dos caras": agradable y amiguero, por un lado, descalificador e hiriente, por otro.
2. Manos a la obra. Una vez detectada la agresión, hay que actuar y no dejar pasar la situación. De lo contrario, llegará el momento en que reacciones a ella "descontroladamente" o en forma irracional, lo cual le da "puntos" al agresor, y a ti te resta imagen frente al resto del equipo o los jefes.
La solución depende de la situación; de la 'magnitud' de 'toxicidad' -por así decirlo. Si la persona insiste en elegirte para descargar sus quejas, además de no prestar atención, hay que desvincularse de él o ella; estar asociado a ese tipo de personas además de producir desgaste te puede perjudicar en imagen profesional.
Si es un ataque o humillación directa a tu desempeño, hazle frente con argumentos, sin perder tu control emocional. La regla de oro es no perder la cordura frente a jefes o quienes te rodean. Lo importante es hacerle saber al ‘agresor' que estás empoderado (a) para defender tu trabajo.
3. Busca refuerzos. En caso de tratarse de una agresión muy fuerte, se puede escalar el nivel a una autoridad superior, pero sin contarlo como 'chisme' llega a esa reunión con directivos puntos claros y válidos de tu posición frente al comportamiento del ‘bullie'.
Cuando se recurre a esta instancia es porque se trata de una situación límite, que debe tener fin, pero no hay que 'abusar de la oficina del jefe' para acudir varias veces al día y mostrar el descontento con otra persona del equipo. La habilidad para resolver y hacer frente a problemas laborales es un expertise que todo colaborador debe desarrollar en su trayectoria.